Una cualidad notable de la tortilla española es su gran popularidad en toda España, algo que no es muy típico en un país donde las diferencias regionales (tanto culinarias como de otro tipo) son tan marcadas y defendidas con tanto orgullo.
La tortilla española, de España para todos
En los últimos años ha ganado popularidad una variante moderna del uso de papas frescas, que sin duda fue impulsada por el gran chef catalán Ferran Adrià y exige el uso de papas fritas en su lugar (imagínate los carbohidratos).
Un platillo relativamente simple de preparar, ocupa un lugar destacado en los mostradores de cristal de los restaurantes de todo el país y es una opción popular.
Cuando se sirve como tapa, la tortilla se suele cortar en pequeños cuadrados, cada uno de los cuales se sirve con un palillo.
¡A por la grande!
Si se come como parte de una comida, la tortilla generalmente se sirve en una rebanada triangular grande y puede venir acompañada de alguna ensalada o tomate.
Es una comida popular a la hora de la cena para aquellos que buscan un platillo ligero antes de acostarse, y muchos hogares tienen una tortilla en la cocina para un refrigerio o una comida fácil.
El platillo se puede servir (y disfrutar) templado o a temperatura ambiente, siendo esta última más frecuente si se come como tapa.
Una tortilla casera que se sirve como comida, puede estar un poco blanda por dentro si no se ha dejado que el huevo se cocine por completo; aunque esto puede no ser del agrado de todos, es un raro placer para quienes lo disfrutan.
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