Volcanes impresionantes que puedes conocer en Costa Rica

La espina dorsal de Costa Rica se remonta a más de 65 m. de antigüedad y descansa a lo largo del Cinturón de Fuego del Pacífico. Este dramático paisaje contiene al menos 200 formaciones volcánicas, de las cuales sólo un puñado están clasificadas como volcanes activos.

 

Dado que estas fuerzas de la naturaleza pueden permanecer inactivas durante milenios, un volcán no se considera realmente activo a menos que haya entrado en erupción en los últimos 11.000 años. Las agitaciones locales, como la actividad sísmica inusual y las emisiones de gas, son signos reveladores de que algo se agita bajo el precipicio. Así pues, ¿cuál es el mejor volcán activo que se puede ver en Costa Rica para vivir una experiencia impresionante, pero segura? Lánzate fuera de los hoteles en Costa Rica y descubre estas mágicas obras de la naturaleza.

 

Volcán Arenal

Desde 2010, el Arenal no se ha movido. Antes de eso, era el volcán más activo de Costa Rica. Conocido tanto por sus hombros cónicos que se elevan 1.670 m por encima del dosel como por provocar la décima erupción más larga de la historia reciente, este volcán es una potente fuerza del paisaje tropical. La exuberante selva del Parque Nacional del Volcán Arenal alberga la cascada de La Fortuna, así como múltiples fuentes termales. Con sólo 7.500 años, este pico es el volcán más joven de esta lista.

 

Volcán Irazú

Aunque es el volcán activo más alto de Costa Rica, con 3.432 m, el Irazú es uno de los más fáciles de visitar, ya que se encuentra muy cerca de la capital, San José. Incluso cuenta con una carretera que llega hasta la cima, atravesada por un servicio semanal de autobuses. Entre 1963 y 1965, una gran erupción bañó de ceniza a la cercana capital y asedió el campo con inundaciones, desprendimientos y flujos de lodo. Esta histórica afición a las catástrofes le ha valido a Irazú el apodo de El Coloso. En un raro día sin nubes (sólo hay tres o cuatro al año), podrás ver tanto el Pacífico como el Mar Caribe desde su cima. Irazú tiene al menos 850.000 años de antigüedad.

 

Volcán Tenorio

Con cuatro picos volcánicos y dos cráteres, la cima del Volcán Tenorio está tristemente prohibida al público sin un permiso especial. Sin embargo, el Parque Nacional del Volcán Tenorio, más amplio, hace que este destino merezca la pena. Atravesarás la sabana, la selva tropical y el bosque nuboso enano antes de encontrarte con el azul surrealista del Río Celeste. La tierra volcánica produce manantiales termales y pequeños géiseres; busca tapires e incluso pumas entre la maleza. Desde 2019, el parque ha impuesto límites al número de visitantes para evitar la masificación, por lo que puedes estar seguro de que tu visita aquí será relajante.

 

Volcán Barva

Barva es el volcán más tranquilo de esta lista, ya que la última erupción confirmada se remonta a más de 8.000 años. Pero no tomes esto como una razón para no visitarlo. Cerca de San José, Barva se encuentra en la exuberante vegetación del Parque Nacional Braulio Carrillo, lo que lo convierte en una excursión ideal de un día. Puedes recorrer los numerosos senderos que atraviesan esta región, llevándote a conos parasitarios sembrados en los flancos de las montañas y a múltiples lagunas, incluida la esmeralda Laguna de Barva, que habita en lo que fue el cráter volcánico. Visto desde el Valle Central, Barva tiene tres cumbres principales, lo que le ha valido el apodo local de Las Tres Marías.

 

Volcán Rincón de la Vieja

Este volcán, cuyo nombre se traduce como Rincón de la Vieja, tiene nueve cráteres volcánicos. Su nombre hace referencia a una leyenda local: el amante de la princesa Curabanda, que pertenecía a una tribu enemiga, fue arrojado a un cráter por su enfadado padre. Afligida, se recluyó en la ladera de la montaña y se le atribuyen poderes curativos en la vejez. El acceso al cráter tempestuoso no es posible desde 2011, pero el bosque circundante, las aguas termales y las cataratas del Parque Nacional de Rincón de la Vieja hacen que valga la pena el viaje.